Bucaramanga fue la última ciudad donde se llevó a cabo el Taller de Diagnóstico Participativo para la construcción de una política para el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) 2020 - 2030, con el propósito de abarcar la región de Andes Nororientales.
La región es representativa por la conectividad de sus páramos y ecosistemas altoandinos, por lo cual es rica en abastecimiento hídrico. Tiene ecosistemas únicos como bosques secos; y sus comunidades se encuentran en todos los ecosistemas, por lo cual su conservación depende de su uso sostenible.
El evento contó con la presencia de representantes de Parques Nacionales Naturales, autoridades ambientales del orden local y regional, ONG, la academia, sectores productivos, organizaciones comunitarias y líderes de las redes de reservas de la sociedad civil. Con su participación fue posible integrar aportes para mejorar el diagnóstico de las áreas protegidas del país, como base para la nueva política y sustento para definir las acciones que garantizarán un manejo adecuado.
La política deberá considerar la generación de sinergias para el desarrollo de proyectos comunes, como los planes de manejo conjuntos entre reservas de la sociedad civil. Para los participantes del taller, es crucial integrar a más actores afines al desarrollo de esta política, un mayor reconocimiento al campesinado, dar un mayor enfoque a los sistemas de producción y la priorización de las estrategias de conservación en la alta montaña.
Para tener en cuenta: El Sistema Nacional de Áreas Protegidas es el conjunto de áreas protegidas, actores sociales y estrategias e instrumentos de gestión que las articulan, para contribuir como un todo al cumplimiento de los objetivos de conservación del país.
La participación: Clave para un manejo efectivo
La participación es fundamental para que las conversaciones integran la mayor cantidad de visiones a fin de alcanzar una valoración crítica de la información técnica sobre las áreas protegidas.
Colombia cuenta con más de 31 millones de hectáreas registradas como áreas protegidas, y es importante reconocer que la conservación de la biodiversidad y sus bienes y servicios no son una responsabilidad exclusiva de esta estrategia de conservación. Se requieren otros instrumentos y el compromiso de los actores para un manejo efectivo de las áreas protegidas. Las declaratorias no son en sí mismas garantía de conservación, porque el reto está en alcanzar el manejo efectivo.
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